La Palabra de Dios

  • Dios

sábado, 17 de septiembre de 2011

Dios de Pactos

Hace muchos años, las personas realizaban convenios entre si y solo bastaba su palabra, para considerar el compromiso adquirido como un hecho.
Palabra de honor, decían los hombres y con eso era suficiente, para estar seguro de que se cumpliría con lo acordado.
En los tiempos actuales, muy pocas personas cumplen con la palabra empeñada y menos aún, quienes creen en ella, ni siquiera estando de por medio un papel firmado, hay seguridad de que nos cumplan lo prometido.
Sin embargo, en la Palabra de Dios si podemos confiar, porque tenemos un Dios de Pactos que cumple con sus promesas, que nunca se olvida de ella y que aunque pase el tiempo, todo lo que ha dicho en la Biblia tiene vigencia.
En el Salmo 103: 17-18 leemos lo siguiente : “más la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen y su justicia, sobre los hijos de los hijos, sobre los que guardan su pacto y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra”.
Dios hizo un pacto con Abraham cuando él le obedeció, también lo hizo con Moisés, Jacob, José, David, Salomón y otros hombres y mujeres que disfrutaron de una vida de bendiciones por su obediencia y cuyas historias son contadas en la Biblia.
Lo más hermoso, es que tú y yo también podemos aspirar a esas bendiciones, los pactos y promesas de Dios con los seres humanos no se vencen, son eternos y por eso todos los días debemos recordar esos compromisos divinos, que son dados a conocer en la Biblia, el cual es un libro de promesas.
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”, dice Jesús en el Mateo, capitulo 24 versículo 35.
En ese texto tenemos la confirmación de la fidelidad de Nuestro Señor Jesucristo, de la seguridad del cumplimiento de sus promesas, de la palabra de honor que siempre respeta el Dios de Pactos.

EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN, ES UN ESTILO DE VIDA CON JESUCRISTO COMO NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR.

Vencido pero no derrotado

Hay situaciones en nuestra vida que nos llevan a decir ¡no puedo más!
Quizás se trate de un problema familiar, una crisis financiera o una enfermedad.
En esos momentos es importante recordar que tenemos a un Dios Todopoderoso y misericordioso y a Él debemos acudir en todo momento.
El Salmo 34 en sus versículos 18 y 19 dice: “cercano está Jehová a los quebrantados de corazón y salva a los contritos de espíritu, muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas las librará Jehová".
¡Qué hermosa promesa de nuestro Dios!.
Estas palabras de la Biblia nos ratifican que no estamos solos en nuestras necesidades, que tenemos a quien acudir en cualquier momento para buscar recibir consuelo y apoyo.
La vida diaria nos coloca en circunstancias muy difíciles y a pesar de nuestros esfuerzos no podemos salir de ellas, nos sentimos como comúnmente se dice: en un callejón sin salida.
Pero en el libro 2 de Corintios capítulo 4 versículos 8 y 9, Pablo nos recuerda que el Poder es de Dios y no de nosotros “que estamos atribulados en todo, más no angustiados, en apuros más no desamparados, derribados pero no destruidos”.
Cuando tenemos problemas, buscamos el consejo o el consuelo del hombre y no de Dios.
Confiamos en que lo que nos dicen familiares o amigos nos traerá paz y soluciones, pero lamentablemente no es así y en lugar de hallar serenidad nos llenamos de angustia y desespero, que nos lleva a cometer errores que agravan nuestra crisis.
Lo mejor que debemos hacer cuando los conflictos nos llevan a pensar que estamos derrotados, es recordar lo que dice la Biblia en Romanos 8 versículo 37: “somos más que vencedores, por medio de aquel que nos amó”.
Si tenemos a Jesús en nuestro corazón, si Él es quien gobierna nuestra vida y confiamos en Él como nuestro Señor y Salvador, no habrá necesidad, enfermedad o crisis que nos lleve a la desesperación, porque podremos decir con toda nuestra fe: “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN, ES UN ESTILO DE VIDA CON JESUCRISTO COMO NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR.



Ataduras espirituales

Las necesidades diarias nos llevan muchas veces a adquirir compromisos y deudas que a veces no podemos cumplir, sea por falta de tiempo o por que sobrepasan nuestra capacidad económica.
En esos momentos, sentimos que estamos atados a situaciones de las cuales quisiéramos salir y no podemos, a pesar de haber tenido razones para hacerlo, ya sea para comprar la casa, pagar los estudios a nuestros hijos o cubrir una emergencia médica.
Quienes hemos pasado por esas crisis y hemos confiado en Dios, las hemos superado.
Pero hay otros problemas en nuestras vidas que no queremos enfrentar, simplemente porque no sabemos cómo hacer para salir de ellos.
Y en estos casos podemos mencionar un vicio, una adicción o un sentimiento negativo, el cual sin darnos cuenta no esclaviza.
Son ataduras espirituales, que muy pocas veces queremos reconocer y por ello son más difíciles de deshacernos de ellas.
Por ello en el libro 2 de Timoteo capítulo 1 versículo 7, podemos leer: “porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.
Hay costumbres que son perjudiciales, pero como se han convertido en parte de nuestras vidas, no calibramos los daños que nos hacen.
Frecuentemente nos encontramos con personas que nos aseguran que quieren dejar de fumar pero no pueden, o que desean no tomar más licor pero no han logrado superar el vicio o que consumen drogas pero la adicción es más fuerte que ellos.
Otras tienen en su corazón tanto rencor, odio o decepciones, que les impide perdonar y vivir una vida plena.
Si este es tu caso, te recomiendo que leas en el libro de Filipenses capítulo 14 versículo 13 lo que nos dice el apóstol Pablo: “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Si tenemos a Jesucristo en nuestro corazón, si Él controla nuestra vida, podemos estar seguros que ninguna atadura espiritual podrá hacernos su presa.
Y no es que no vamos a tener problemas y dificultades en la vida, pero la diferencia es que no vamos a ser esclavos de las malas costumbres o sentimientos y que cada vez que enfrentemos un problema, vamos a tener la paz y tranquilidad para poder buscar y encontrar soluciones.
Jesús dijo en el evangelio de Juan capítulo 6 versículo 37: “al que a mi viene, no le echo fuera”. Búscalo.

EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN, ES UN ESTILO DE VIDA CON JESUCRISTO COMO NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR.

Jesús no es una religión

Frecuentemente cuando tratamos de hablar con una persona sobre Jesucristo, las respuestas más comunes son: “yo tengo mi religión” o “yo creo en Dios”
A través del tiempo se han formado tantas opiniones erróneas de quien es Jesucristo, que han confundido al hombre.
Sin embargo la Palabra de Dios es muy clara, en el evangelio de San Juan capítulo 14 versículos 6 y 7 Jesús dijo a los apóstoles: “yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí, si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais y desde ahora le conocéis y le habéis visto”.
Jesús nunca habló de religión, nos enseñó un estilo de vida enmarcado en su ejemplo y enseñanzas, las cuales siempre estuvieron dirigidas al amor a Dios y al prójimo, a la obediencia a los mandamientos para llevar una vida agradable al Padre.
El cristianismo está basado en la vida del Hijo de Dios que está escrita en el Nuevo Testamento y cuya llegada a la tierra fue anunciada por los profetas en el Antiguo Testamento.
Las religiones surgieron después de la resurrección de Jesús y dividieron a la humanidad, estableciendo una serie de dogmas, prácticas y creencias, que no están en la Biblia y que cada día alejan al hombre de Dios.
La única condición que pide Jesús, es que lo aceptes como tu Señor y Salvador y que lo recibas con un corazón arrepentido y dispuesto a cambiar.
El amor de Dios Padre es tan grande, que envió a su Hijo a morir por nuestros pecados para que fuésemos salvos y nos dejó su Espíritu Santo, como nuestra guía y maestro.
La Biblia nos recalca que sólo recibiendo a Jesús podemos ser salvos y así lo leemos en el libro de Hechos capítulo 4 versículo 12: “y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.
El temor a reconocer, que muchas de las cosas que hemos hecho en nuestra vida son aborrecibles a Dios, es la razón por la cual nos negamos a recibir a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.
Nos negamos a aceptar que Él sólo quiere proporcionarnos una vida con gozo y paz, donde nos sintamos bien a pesar de las aflicciones, confiados en que ya tenemos la vida eterna asegurada.
La Biblia dice en 1 Juan capítulo 5 versículo 11: “Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo”.

EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN, ES UN ESTILO DE VIDA CON JESUCRISTO COMO NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR.

La duda mata la fe

La Biblia dice en Hebreos 11 versículo 1: “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.
Pero qué difícil es para el ser humano sembrar este mensaje en su corazón.
Es por eso que cuando le pedimos a Dios que nos ayude en determinado problema o circunstancia, en nuestra mente y corazón nos preguntamos si Dios responderá o si le importa lo que estamos pasando.
La duda mata la fe y en más de una ocasión hemos sido influenciados por otras personas, quienes ponen en nuestro corazón esa incertidumbre.
En el libro 1 de Corintios, capítulo 2 versículos 5 leemos: “para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el Poder de Dios”.
¿Cuántas veces nos hemos sentido tristes y defraudados, al recibir una respuesta negativa de alguna gestión que hemos realizado y que esperábamos, fuera afirmativa?.
Y en esos momentos, comenzamos a dudar de la Palabra de Dios y de su amor, porque sentimos que nuestra confianza en Él no fue correspondida.
Dios quiere que nosotros creamos en Él y aunque no podamos verlo, sintamos su presencia en nuestra vida, aún en las adversidades.
De todos es conocida la historia del apóstol Tomás, su incredulidad ante el anuncio de la resurrección de Jesús y su necesidad de ver para creer, actitud que nosotros repetimos diariamente.
Pero debemos recordar lo que le dijo Jesús en el evangelio de Juan capítulo 20 versículo 29: “porque me has visto Tomás, creíste, bienaventurados los que no vieron y creyeron”.
Debemos aprender a vivir por fe y dejar en manos de Dios lo que pensamos que es imposible, ya que para Él no hay nada imposible.
Cuando actuamos creyendo en que estamos en las manos de nuestro Padre Todopoderoso, podemos sentir en nuestro corazón esa paz que sólo Él puede proporcionarnos.
Y si bien es cierto que hay circunstancias en las cuales no obtenemos la respuesta que esperamos de Dios, no permitamos que los fracasos debiliten nuestra fe y nos alejen de Él.
En el libro de Hebreos, capítulo 11 versículo 6 leemos: “porque sin fe, es imposible agradar a Dios”.

EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN, ES UN ESTILO DE VIDA CON JESUCRISTO COMO NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR.

Falsos profetas

En el mundo en que vivimos, con unos medios de comunicación que han alcanzado un gran adelanto, es fácil que cualquier mensaje llegue a todo tipo de personas y a los lugares más remotos.
Pero así como debemos cuidarnos de las falsas informaciones en torno a temas como la salud, la economía o las ciencias, por mencionar algunos, también debemos de saber identificar a los falsos profetas.
En el libro 1 de Juan capítulo 4 versículo 1, podemos leer: “hermanos, no les crean a todos los que dicen que tienen el Espíritu de Dios, pónganlos a prueba para ver si son lo que dicen ser, porque el mundo está lleno de falsos profetas”.
La Biblia, es la Palabra de Dios y se debe leer e interpretar como está escrita, ya que sus autores fueron guiados por el Espíritu Santo.
Pero frecuentemente oímos a personas, que les dan a las Santas Escrituras significados ajustados a sus opiniones, creencias o interpretaciones personales, lo cual puede crear confusión en quienes le escuchan y llevarlos a caminos alejados de Dios.
En el libro 2 de Pedro capítulo 1 versículos 21 al 21, el apóstol dice: “pero antes que nada deben saber que ninguna enseñanza de la Biblia se puede explicar como uno quisiera. Ningún profeta habló por su propia cuenta, al contrario, todos ellos hablaron de parte de Dios y fueron guiados por el Espíritu Santo”.
Enseñar la Palabra de Dios, es una actividad que debe asumirse de manera responsable y pidiendo siempre al Señor su dirección, para que nuestras palabras no sean influenciadas por nuestros sentimientos, emociones o intereses personales.
Debemos esforzarnos por ser el mejor testimonio de lo que predicamos, ya que de esa manera actuó Jesucristo durante su ministerio en la tierra y quienes lo vieron y escucharon creyeron en sus mensajes.
Nosotros no podemos llegar a la altura del Hijo de Dios, pero si podemos buscar su guía para cumplir fielmente con sus enseñanzas y transmitirlas a quienes las necesitan.
En el libro de Colosenses capítulo 2 versículo 8 podemos leer: “mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres y conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo”.


EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN, ES UN ESTILO DE VIDA CON JESUCRISTO COMO NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR.

Jesús murió por todos

Hay personas que actúan, como si la muerte de Jesús hubiera sido en vano.
No toman en cuenta, que los terribles sufrimientos que padeció el Señor durante su agonía, fueron para redimirnos de pecado.
La Biblia dice en Romanos 8, versículos 3 y 4: “Dios envió a su Hijo y lo envió tan débil como nosotros los pecadores, para que muriera por nuestros pecados y los hizo para que ya no vivamos de acuerdo con nuestros malos deseos”.
Debemos de conocer el verdadero significado de la cruz, no verla como un objeto de adorno o como un amuleto, ya que la cruz sin Cristo no tiene valor.
Es Jesús, quien con su muerte sacrificia,l nos redimió del pecado, nos salvó de la condena eterna y nos dio la oportunidad de arrepentirnos y gozar de las bendiciones de Dios, tanto en la tierra como en el cielo.
Y lo más importante, Jesucristo murió por todos nosotros, sin excepción de personas, tal como lo podemos leer en Gálatas capítulo 3 versículo 28: “así que no importa si son judíos o no lo son, si son libres o esclavos o si son hombres o mujeres. Si están unidos a Jesucristo, todos son iguales”.
En estos tiempos cuando en el mundo se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor, debemos reflexionar sobre lo que ello significó para la vida del ser humano.
Debemos preguntarnos que hubiese sido de nosotros, si Jesús, en lugar de aceptar esa horrible muerte, hubiera utilizado su condición de Dios bajándose de la cruz y decidiendo, que cada quien pagara por sus pecados.
Yo no quiero ni imaginármelo.
Pero Dios en su infinita misericordia, quiso darnos esa oportunidad y dejarnos, a través de su Hijo, un mensaje de amor y esperanza para todas las generaciones.
Y sobretodo debemos sentirnos gozosos, ya que si bien Cristo murió en la cruz, también resucitó para su Gloria y eso es lo que debemos celebrar.
La Biblia dice en Apocalipsis capítulo 1 versículos 17 y 18: “yo soy el primero y el último y estoy vivo. Estuve muerto, más he aquí que vivo por los siglos de los siglos. Amén”.
EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN, ES UN ESTILO DE VIDA CON JESUCRISTO COMO NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Dios nos ama a todos

Dios nos ama a todos los seres humanos, para Él no hay acepción de personas y su gracia está disponible para quien la quiera recibir.

Pero debemos estar claros en que la Biblia nos enseña lo que es ser creatura de Dios y lo que es ser hijo de Dios.

Si bien es cierto que todos somos creados por el Padre, sólo si recibimos al Hijo como nuestro Señor y Salvador podemos considerarnos sus herederos.

En el libro de Gálatas capítulo 4 versículos 4 y 5 leemos: “pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley a fin de que fuéramos adoptados como hijos”.

Y en el capítulo 3 versículo 26 del mismo libro la Palabra de Dios señala: “todos ustedes son hijos de Dios, mediante la fe en Cristo Jesús”.

Lo que Dios ha hecho en nosotros es maravilloso, pero su obra apenas ha comenzado. Él tiene para quienes creen en Él, un maravilloso futuro.

Dios espera que lo amemos y le honremos con nuestro comportamiento y además que le demos el primer lugar en nuestras vidas.

“No podemos creen en un Dios a quien no queremos obedecer ni respetar y a quien solo acudimos cuando en momentos de necesidad como si fuera un mago.

Nuestra comunicación con nuestro Padre Creador debe ser frecuente y sincera, siempre debemos tenerlo presente, sean en nuestros momentos tristes como en los de alegría.

Además no importa en la situación que nos encontremos así nuestra vida sea un desastre podemos estar seguros que Él siempre nos está esperando con los brazos abiertos para darnos su amor y consuelo.

Jesús nos dice en el evangelio de Mateo capítulo 11 versículo 28: “venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar”.

Hoy, Dios te hace una invitación, no la ignores, recuerda que para Él no hay acepción de personas y nos ama a todos por igual, por eso a todos nos ofrece las mismas oportunidades de recibirlo como nuestro Señor y Salvador. ¡Atiende a su llamado!.

Lic. Beatriz Martínez CNP 988
beaperiodista@hotmail.com

Jesucristo: hombre o Dios

Entender la deidad de Jesucristo no es fácil para quienes buscan explicaciones por el conocimiento humano.
Pero en la Biblia encontramos la mejor enseñanza sobre Jesucristo el Hijo de Dios.
El evangelio de Juan, capítulo 1 versículos 1 y 2 dice: “en el principio ya existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios y en el versículo 14 leemos: “y el verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”.
Cuando nos dedicamos a buscar la verdad a través de la lectura de la Biblia, nuestras dudas se aclaran y sólo necesitamos la guía del Espíritu Santo que mora en nuestro cuerpo y nos lleva a comprender la Palabra de Dios escrita.
Otro pasaje de las Santas Escrituras que nos habla de la deidad de Jesucristo, está en el versículo 18 del capítulo 1 de Juan: “a Dios nadie lo ha visto nunca, el Hijo Unigénito que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer”.
Y Jesús corroboró estas palabras, cuando en el capítulo 12 versículos 44 y 45 del mismo evangelio dijo: “él que cree en mí, cree en el que me envió. Y el que me ve a mí, ve al que me envió”.
Podemos burlarnos de Jesús, ignorarlo o rechazarlo o podemos recibirlo en nuestro corazón como Nuestro Señor y Salvador. Dios nos ha dado libre albedrío y la decisión es nuestra.
En la actualidad se compara al cristianismo con otras religiones. Pero el creer en Jesucristo no significa pertenecer a una religión. Él es único y es el todo. Dejó bien claro quien era y para que vino a este mundo.

EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN, ES UN ESTILO DE VIDA CON JESUCRISTO COMO NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.

Lic. Beatriz Martínez CNP 988
beaperiodista@hotmail.com

lunes, 5 de septiembre de 2011

¿Necesitas un milagro?

Te has preguntado cuantas veces has estado en situaciones en las cuales has dicho: ¿necesito un milagro de Dios?. Puede que haya sido durante una enfermedad, una crisis familiar o un problema financiero de tal magnitud, que la solución no dependía de ningún ser humano. Jesús nos dice en el evangelio de Mateo, capítulo 7 versículos 7 y 8: “pidan a Dios y Él os dará. Hablen con Dios y encontrarán lo que buscan. Llámenlo y Él los atenderá. Porque el que confía en Dios, recibe lo que pide, encuentra lo que busca y si llama, es atendido”. No podemos esperar un milagro en nuestras vidas, si no acudimos al único que tiene el poder de otorgarlo, sólo Dios es capaz de hacer en nosotros algo grande y transformador, pero debemos pedirlo y confiar en que Él lo hará. Pero también debemos entender que Dios es Soberano y que es su voluntad y no la nuestra, la que se hace. En las Santas Escrituras encontramos un mensaje de Dios que podemos aplicar a nuestra vida, si estamos pasando por una situación difícil. Leemos en el Salmo 139 versículos 23 y 24: “examíname oh Dios y sondea mi corazón, ponme a prueba y sondea mis pensamientos, fíjate si voy por mal camino y guíame por el camino eterno”. Él desea que entendamos que el más grande e importante milagro es nuestra transformación espiritual, nuestro cambio de vida, el convertirnos en una nueva criatura. Dar ese paso es difícil, pero no imposible, si se lo pedimos al Señor de todo corazón y aceptamos su voluntad que siempre es buena, perfecta y agradable, Él actuará y nos dará la fuerza necesaria para tomar es decisión que será transcendental para muestras vidas.

EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN, ES UN ESTILO DE VIDA CON JESUCRISTO COMO NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR.

Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.

Lic. Beatriz Martínez CNP 988 beaperiodista@hotmail.com