La Palabra de Dios

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sábado, 17 de septiembre de 2011

Falsos profetas

En el mundo en que vivimos, con unos medios de comunicación que han alcanzado un gran adelanto, es fácil que cualquier mensaje llegue a todo tipo de personas y a los lugares más remotos.
Pero así como debemos cuidarnos de las falsas informaciones en torno a temas como la salud, la economía o las ciencias, por mencionar algunos, también debemos de saber identificar a los falsos profetas.
En el libro 1 de Juan capítulo 4 versículo 1, podemos leer: “hermanos, no les crean a todos los que dicen que tienen el Espíritu de Dios, pónganlos a prueba para ver si son lo que dicen ser, porque el mundo está lleno de falsos profetas”.
La Biblia, es la Palabra de Dios y se debe leer e interpretar como está escrita, ya que sus autores fueron guiados por el Espíritu Santo.
Pero frecuentemente oímos a personas, que les dan a las Santas Escrituras significados ajustados a sus opiniones, creencias o interpretaciones personales, lo cual puede crear confusión en quienes le escuchan y llevarlos a caminos alejados de Dios.
En el libro 2 de Pedro capítulo 1 versículos 21 al 21, el apóstol dice: “pero antes que nada deben saber que ninguna enseñanza de la Biblia se puede explicar como uno quisiera. Ningún profeta habló por su propia cuenta, al contrario, todos ellos hablaron de parte de Dios y fueron guiados por el Espíritu Santo”.
Enseñar la Palabra de Dios, es una actividad que debe asumirse de manera responsable y pidiendo siempre al Señor su dirección, para que nuestras palabras no sean influenciadas por nuestros sentimientos, emociones o intereses personales.
Debemos esforzarnos por ser el mejor testimonio de lo que predicamos, ya que de esa manera actuó Jesucristo durante su ministerio en la tierra y quienes lo vieron y escucharon creyeron en sus mensajes.
Nosotros no podemos llegar a la altura del Hijo de Dios, pero si podemos buscar su guía para cumplir fielmente con sus enseñanzas y transmitirlas a quienes las necesitan.
En el libro de Colosenses capítulo 2 versículo 8 podemos leer: “mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres y conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo”.


EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN, ES UN ESTILO DE VIDA CON JESUCRISTO COMO NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR.

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